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Reducción de mamas

La reducción de mamas es una intervención quirúrgica que busca disminuir el tamaño y el peso de los senos para mejorar la calidad de vida de las pacientes que sufren molestias físicas y emocionales debido a senos demasiado grandes. Los objetivos de esta intervención son reducir volumen y mejorar la forma, dar firmeza y mejor proyección y aportar simetría al aspecto y tamaño de mamas y areolas.

Las pacientes que solicitan una reducción de mamas suelen experimentar problemas como dolor crónico de espalda, cuello y hombros, irritación o infecciones en la piel debajo de los senos, así como dificultades para encontrar ropa adecuada y una autoestima afectada por la incomodidad física. Es clave llevar a cabo una evaluación individualizada para garantizar resultados satisfactorios.

Durante la intervención, el Dr. Marc Illa realiza incisiones estratégicas para remover el exceso de tejido mamario y reposicionar el pezón, procurando minimizar las cicatrices y lograr un resultado estético armonioso. Aunque las cicatrices son inevitables, su apariencia mejora con el tiempo y los cuidados adecuados.

A/D Caso 1

A/D Caso 2

A/D Caso 3

¿Necesitas una reducción de pecho?

Preguntas frecuentes

El tamaño ideal de los senos después de una reducción mamaria depende de las preferencias y necesidades individuales de cada paciente. Durante la consulta con un cirujano plástico especializado, se discutirán las metas y expectativas de la paciente para determinar el tamaño más adecuado en función de su contextura física, proporciones corporales y salud mamaria

¡Y tanto! Sus ventajas son la razón por la que, la gran mayoría de cirujanos plásticos, la utilizamos en una elevación o reducción mamaria. 

  • Permite resultados MUY PREVISIBLES a diferencia de las otras técnicas, que dependerán mucho de como se comporten los tejidos en la fase de cicatrización postoperatoria
  • Permite MODIFICAR la forma de la mama EN TODOS LOS SENTIDOS Y DIRECCIONES, no estamos limitados (cosa que nos podría conducir a un resultado pobre)
  • Es la técnica que suele generar CICATRICES MENOSVISIBLES  (en las otras técnicas, aunque la cicatriz es más corta, suele ser más visible), ya que la tensión es menor (al retirar piel en la mama se genera tensión) debido a que esta recae sobre más longitud de cicatriz.

En algunos casos no utilizamos la T invertida como técnica para realizar una mastopexia o reducción mamaria, pero tienen que ser casos muy bien escogidos y específicos. En la mayoría de pacientes, si queremos obtener un resultado óptimo y con cicatrices bien escondidas, la T invertida o ancla suele ser la mejor solución.

Varía según la complejidad de la cirugía, la capacidad de cicatrización de la paciente y otros factores individuales. En general, se recomienda un período de descanso de al menos una semana, seguido de varias semanas más para que la hinchazón y las molestias disminuyan gradualmente. La mayoría de las pacientes pueden regresar a sus actividades normales, incluyendo el ejercicio ligero, dentro de las 4 a 6 semanas posteriores a la cirugía.

Esta es una de las intervenciones más agradecidas en cirugía mamaria. Los riesgos suelen ser muy bajos, en cambio los beneficios suelen ser más grandes que en otras cirugías mamarias: no solo estamos mejorando de forma estética la mama, también estamos mejorando la capacidad de realizar deporte de forma cómoda, encontrar ropa de forma cómoda, etc. Los riesgos y complicaciones asociados con la reducción mamaria son los asociados a cualquier corte o herida que nos podamos hacer en el cuerpo, en este caso: infección, sangrado, cambios en la sensibilidad del pezón, asimetría mamaria, problemas de cicatrización, y reacciones adversas a la anestesia. Es importante discutir estos riesgos durante la consulta preoperatoria y seguir todas las indicaciones postoperatorias para minimizar la probabilidad que aparezcan.

En general, se recomienda evitar actividades físicas intensas y levantar objetos pesados durante al menos 4 a 6 semanas. Sin embargo, las actividades diarias suaves y el trabajo de oficina suelen poder retomarse dentro de la primera semana, siempre y cuando se evite el esfuerzo excesivo y se sigan las indicaciones del cirujano plástico.

Con la orientación y el seguimiento adecuados, la reducción de mamas puede brindar alivio físico y emocional significativo a las pacientes, mejorando su calidad de vida y autoestima



En una reducción mamaria tenemos unos pechos muy grandes y caídos y hay volumen suficiente para conseguir un pecho estéticamente bonito tras la intervención. En cambio, en una mastopexia o elevación mamaria, el tamaño del pecho no es demasiado grande pero también está caído y, habitualmente, vacío. En este caso, existe un exceso de piel respecto al volumen del tejido mamario existente, que suele ser deficiente. En una mastopexia, suele retirarse casi exclusivamente piel y se mantiene el volumen. Es muy habitual incluso utilizar prótesis mamarias para terminar de rellenar ese posible volumen que nos falta.

Se pueden utilizar prótesis de mama en una reducción, pero no es tan habitual porque se puede conseguir un pecho bonito con el propio tejido mamario. Si queremos obtener un resultado lo más natural posible, tanto en forma como en tacto, NO utilizaremos prótesis. En cambio, si el objetivo de la paciente es redistribuir el volumen, por ejemplo marcar escote y dar una forma más redondeada al pecho, sí utilizamos prótesis. Una prótesis mamaria se utiliza para 2 objetivos: ganar volumen y distribuir ese volumen (para generar escote marcado por ejemplo). En el caso de una reducción mamaria solo utilizaríamos la prótesis mamaria con el segundo objetivo, ya que el propio volumen de la mama ya es grande y suficiente habitualmente de base.

En reducción mamaria como tal, hay suficiente tejido propio como para conseguir el volumen deseado, pero si lo que se busca es conseguir un pecho más redondeado y con escote marcado, es necesario normalmente el uso de prótesis.

Hay varios truquitos que nos pueden ayudar a conseguir un escote estéticamente agradable. 

    • La elección de la prótesis: es lo más importante para poder generar un buen escote. Es necesario que el ancho sea suficiente para cubrir todo el tórax y así poder llegar a ocupar correctamente toda la zona. También se tiene que tener en cuenta la forma, nivel de implantación y tamaño del pecho que tiene la paciente previamente.
    • La forma en la que se levanta el músculo pectoral: es donde se inserta la prótesis y el propio músculo nos puede ayudar a juntar bien las mamas.
  • Internal Bra: con la ayuda de puntos de sutura, fijamos y cerramos bien los bordes del bolsillo de la prótesis para crear un efecto de sujetador interno.

Lipoinyección: la inyección de grasa en el pecho permite crear un volumen completamente natural y evitar defectos estéticos a largo plazo como el rippling (irregularidades en la superficie). Nos permite crear un escote bonito y natural con la propia grasa de la paciente

La respuesta es: DEPENDE de cada caso

¿Cuándo decidir “NO esperar a ser madre”? Esta es la opción preferida para las pacientes que no se sienten realmente cómodas ni identificadas con la forma y/o volumen de su pecho en el momento actual. Para muchas pacientes, por ejemplo con 20 años de edad, no les compensa pasar otros 10-15 años (hasta la edad en la que quieran ser madres) con un pecho con el que no se sientan bien. Es verdad que el pecho cambia con los años, con los cambios bruscos de peso o los embarazos, pero retocar una mama ya intervenida tiende a ser más sencilla. Suelen ser cirugías principalmente de piel y grasa sin tener que tocar áreas profundas o prótesis mamarias previas. No suele ser necesario ingreso hospitalario y el postoperatorio suele ser muy llevadero. Por ello, muchas pacientes deciden no esperar e intervenir su pecho en el momento en el que no se sienten cómodas con él.

¿Cuándo decidir “Esperar a ser madre”? Esta opción es la indicada para aquellas mujeres que desean pasar solo una vez por quirófano. En este caso, lo más recomendable es esperar a tener todos los hijos deseados antes de realizar una cirugía mamaria. El precio a pagar será pasar varios años más aceptando la forma y volumen de las mamas con las que no estamos del todo cómodas.

Es posible que pueda afectar pero no se puede asegurar. La intervención implica la extirpación del tejido mamario y la reposición del pezón. Dependerá del tipo de cirugía (si se conserva más o menos tejido mamario debajo de la estructura del pezón) y de la genética de la paciente (hay pacientes que con poca glándula mamaria fabrican muchísima leche materna, eso suele depender más de cuanto se estimula la madre y no tanto de la genética o de la cantidad de glándula mamaria que se deja en la cirugía). 

Si bien, es posible que la cantidad sea menor o que existan dificultades adicionales debido a cambios en la estructura de la glándula mamaria.



A los pacientes les gustaría saber cuál va a ser el resultado exacto de su intervención. Si bien es cierto que los resultados de las cirugías (y de cualquier intervención médica) tienen una parte previsible (dependerá del tipo de intervención planeada, los deseos del/a paciente, y factores que estudiamos en la exploración física como la calidad de los tejidos), hay otra parte imprevisible que nos puede modificar el resultado como la genética de base de cada uno u otros factores que no hayamos podido identificar inicialmente. 

Nuestro objetivo será minimizar estos factores imprevisibles que puedan afectar al resultado que dejamos en quirófano para poder dar al paciente una idea lo más cercana posible a lo que va a conseguir, pero es imposible asegurar al 100% un resultado debido a esta razón.



Menores de 18 años con objetivos estéticos (en el caso de la reducción de mamas SÍ es posible realizarse con menos de 18 años pero siempre con el consentimiento de los padres o tutores legales)

  • Embarazo
  • Infección mamaria activa o pasada en los últimos 6 meses.
  • Cualquier enfermedad no controlada

Las mamografías mamarias se pueden realizar sin problemas en mujeres que son portadoras de prótesis mamarias. Recomendamos que sean realizadas a partir de los 12 meses de la intervención para evitar que la inflamación de la cirugía pueda interferir en la interpretación de esa prueba. Siempre que una avise antes al médico que le solicita dicha prueba para que se programe para realizar con la técnica de Eklund, una maniobra que consiste en desplazar la prótesis hacia el dorso de la mama, dejándola fuera de la paleta de compresión, comprimiendo solo el tejido mamario para realizar la mamografía. No hay ningún problema para hacer otras pruebas como resonancias magnéticas ni para ir en avión (las prótesis no explotan).  Ser portadora de prótesis mamarias es incluso beneficioso para la autopalpación mamaria, ya que el tejido mamario queda más tenso y distribuido alrededor del implante y permite una mayor sensibilidad y especificidad a la hora de palpar todo este tejido.

No, la calidad de los materiales con los que se fabrican las prótesis mamarias con las que trabajamos ha permitido reducir el riesgo de complicaciones asociadas a estos a un nivel muy bajo. Eso no significa que no pueda ser necesario hacer un recambio de prótesis o retirarlas a lo largo de la vida por alguna razón, pero eso es poco habitual. Las prótesis con las que se trabajaba hace años sí recomendaban cambiarlas cada 10 años, pero gracias a los avances científicos ya no es así.

 

Ningún tipo de cirugía plástica está relacionada con el aumento del riesgo de sufrir cáncer. El uso de prótesis mamarias sí se ha relacionado con algún tipo de enfermedad autoinmune o algún tipo de linfoma, pero no con una relación científicamente clara ni probada en las prótesis mamarias que usamos actualmente (sí ha pasado en alguna marca de prótesis mamarias utilizada en el pasado).

Anestesia general siempre, para garantizar la comodidad del paciente y poder trabajar con la máxima precisión y seguridad por parte del cirujano. No suele ser necesaria normalmente una intubación completa, la mascarilla laríngea con anestesia suave suele ser la via de elección de nuestro equipo de anestesiología. No se debería realizar cirugías mamarias con anestesia local, es una mala praxis. Durante toda la intervención se controla y cuida del estado general y las constantes vitales de la paciente con máximo detalle por parte de nuestro equipo de anestesiología.

Una noche de ingreso suele ser habitual. Se prefiere estar bajo vigilancia sanitaria las primeras horas. Aunque no es una cirugía larga ni de riesgo, hemos pasado por un quirófano y hemos recibido medicación. Además, la medicación endovenosa es útil en las primeras horas para maximizar el confort postoperatorio del paciente.

Trabajamos con distintas marcas de prótesis mamarias: Motiva, Silimed, Politech, Eurosilicon, Nagor… Ninguna es igual a la otra, cada marca tiene sus pros y sus contras que hay que valorar. Vamos a estudiar específicamente tu caso para escoger la prótesis mamaria que sea mejor para conseguir el resultado que estás buscando.



La respuesta a esta pregunta se tiene que individualizar en cada caso. Aún así, se puede decir que en la mayor parte de las pacientes la recomendación es colocar la prótesis debajo del músculo (también llamado submuscular o subpectoral, ya que el músculo utilizado es el pectoral mayor). Dentro de las formas más habituales de colocar una prótesis debajo del músculo, la más utilizada habitualmente es el plano dual, donde el 50-75% de la prótesis queda cubierta por el músculo y el 25-50% por la parte inferior de la glándula mamaria. 

Esta colocación presenta varias ventajas: no se toca para nada la estructura anatómica de la glándula mamaria, por lo que se preserva mejor la sensibilidad y capacidad posterior para dar el pecho, y es una cirugía más limpia, por lo que se reduce el riesgo de infección o de contractura capsular.

Colocar la prótesis encima del músculo, aún siendo poco habitual en nuestra práctica habitual, en determinadas pacientes, tiene ciertas ventajas que hay que valorar en cada caso. Encima del músculo se puede hacer de dos formas: subglandular (directamente bajo la glándula mamaria) o subfascial (debajo la primera capa que envuelve el músculo pectoral mayor).



La técnica quirúrgica es muy parecida y, en ambas, nos permite:

  • Elevación mamaria: en ambos procedimientos se busca realizar una mastopexia, es decir, elevar el pecho dándole una forma más redondeada y juvenil, y para ello se remodela todo el volumen mamario.
  • Simetría: en ambos procedimientos buscamos mejorar la simetría entre ambas mamas.
  • Recolocación y reducción del tamaño de areola-pezón: en ambos procedimientos se ubica en una nueva posición, concretamente en el punto de máxima proyección de la mama. También se reduce, si es necesario, el tamaño.

Prótesis mamarias (no en todos los casos): se utilizan para redistribuir los volúmenes dentro de la propia mama y, en el caso de la mastopexia, en muchos casos son necesarias porque el propio volumen de la mama no suele ser suficiente para conseguir un pecho estéticamente bonito.

¿Sabías que 7 de cada 10 mujeres desconocen su talla correcta de sujetador?

Un 30% de las consultas realizadas sobre dolores en el pecho proviene del uso de un sujetador inadecuado. Llevar una talla de sujetador errónea puede causar no solo molestias, sino también marcas y lesiones, además de acelerar el proceso de envejecimiento del pecho. Aquí te mostramos como calcular la talla de sujetador correcta (LINK POST INSTAGRAM, tiene que ser un post dentro de la web, no en instagram) https://www.instagram.com/p/CdIlP6DqAMc/?img_index=3

La respuesta a la pregunta será: Esta es una pregunta muy frecuente en consulta ya que, como es normal de entrada, a los pacientes les gustaría saber cúal va a ser el resultado exacto de su cirugía. Si bien es cierto que los resultados de las cirugías (y de cualquier intervención médica) tienen una parte previsible (dependerá del tipo de intervención planeada, los deseos del/a paciente, y factores que estudiamos en la exploración física como la calidad de los tejidos), hay otra parte imprevisible que nos puede modificar el resultado como la genética de base de cada uno u otros factores que no hayamos podido identificar inicialmente. Nuestro objetivo será minimizar estos factores imprevisibles que puedan afectar al resultado que dejamos en quirófano para poder dar al paciente una idea lo más cercana posible a lo que va a conseguir, pero es imposible asegurar al 100% un resultado debido a esta razón. 

Por lo tanto… en respuesta a la pregunta: ¿Qué talla de sujetador me va a quedar? No sabremos la talla exacta hasta que se haya desinflamado y tengamos un resultado más o menos estable a los 3-6 meses después de la cirugía.



Tipos de prótesis

Existen diferentes tipos de prótesis mamarias disponibles, cada una con sus propias características y beneficios únicos. 

La elección de una u otra prótesis depende sin duda, de los objetivos estéticos individuales de cada paciente, así como de su anatomía y preferencias personales. En consulta trabajamos en estrecha colaboración con cada paciente y hacemos un estudio completo de la forma y consistencia del pecho y de la forma y el tamaño del tórax para determinar el tipo de prótesis más adecuado que permita lograr los resultados deseados y satisfacer las necesidades estéticas.

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¿Dónde pueden colocarse las prótesis mamarias?

Debajo del músculo (también llamado implante submuscular o subpectoral): es la mayor parte de nuestros casos. Dentro de las formas más habituales de colocar una prótesis debajo del músculo, la más utilizada es el plano dual, donde el 50-75% de la prótesis queda cubierta por el músculo y el 25-50% por la parte inferior de la glándula mamaria.

Encima del músculo o implante subglandular (directamente bajo la glándula mamaria) o subfascial (debajo la primera capa que envuelve el músculo pectoral mayor). Esta técnica es menos habitual, pero en determinados pacientes tiene ciertas ventajas que hay que valorar en cada caso.

Técnicas para realizar una elevación mamaria o una reducción mamaria

Las técnicas son muy parecidas, sin embargo el pecho de base es muy distinto cuando es grande y caído (reducción) que cuando solo es vacío y caído (elevación).

Hay 3 técnicas comunes que utilizamos habitualmente, siempre dependiendo de cada caso adaptándonos a las necesidades de cada paciente:


Postoperatorio

El postoperatorio después de una reducción de senos puede variar según la técnica utilizada, la complejidad de la cirugía y la respuesta individual del paciente. Sin embargo, hay algunas pautas generales que se aplican comúnmente:

Es normal experimentar dolor, hinchazón y sensibilidad en los senos después de la cirugía. El cirujano plástico puede recetar medicamentos para el dolor para ayudar a controlar las molestias durante los primeros días.

Si colocamos prótesis, notarás un dolor descrito habitualmente como “agujetas”, como si hubieras ido al gimnasio tres o cuatro días seguidos. Suele ser un dolor muy bien tolerado y más si sigues al pie de la letra la pauta de medicación que recomendamos tomar la primera semana postoperatoria. La mayor parte de las pacientes explican que las molestias son mayores los primeros 3 o 5 días, posteriormente es mínimo; aunque cada persona tiene un umbral de dolor distinto.

En la mayor parte de nuestros casos, colocamos directamente el sujetador postoperatorio en el porpio quirófano al finalizar la cirugía. En algunos casos complejos como mamas tuberosas, después de la cirugía, es posible que se coloque un vendaje compresivo alrededor de los senos para ayudar a reducir la hinchazón y mantener los vendajes en su lugar. 

En algunos casos, se pueden insertar drenajes temporales para eliminar el exceso de líquido de la zona quirúrgica. Tenemos que considerarlos nuestros aliados, ya que nos eliminan ese líquido que genera gran inflamación si se queda dentro e, incluso, puede incrementar el riesgo de complicaciones. Los colocamos habitualmente cuando el trabajo en el pecho es importante (como en mama tuberosa o recambios de prótesis) o vemos que hay más riesgo de sangrado del habitual. Sí que es verdad que son un engorro durante los días que se llevan puestos, pero no tienen nada más malo que eso. En muchas de nuestras intervenciones los dejamos, como mínimo hasta el alta hospitalaria. Los dejamos siempre más tiempo en las intervenciones de cirugía de abdomen y espalda.

Las primeras horas postoperatorias se pasan en el área de reanimación del hospital donde se sigue una vigilancia estricta de todas sus constantes vitales. Cuando la paciente se ha despertado completamente de la anestesia (ya no está grogui), el dolor y los mareos están controlados y, por lo tanto, se encuentra en condiciones óptimas, es llevada a su habitación con sus familiares y amigos. Allí empieza la recuperación para prepararse para volver a su domicilio. En su habitación de planta el personal de enfermería se encargará de forma diligente que la paciente se encuentre cómoda y con el mínimo de molestias haciendo uso cuando sea necesario de la medicación pautada por nuestro equipo de anestesiología. El equipo de enfermería ayudará a la paciente a tolerar bien la ingesta de líquidos y sólidos, y la deambulación, y así aseguramos una vuelta a casa segura. Al día siguiente vendremos al hospital para visitarte, comprobar que la paciente se encuentra en buenas condiciones generales y en las áreas intervenidas no hay complicaciones de ningún tipo, valoraremos la posibilidad de retirar los drenajes y vendajes, y si está todo en correctas condiciones procederemos a entregar el informe de alta donde detallamos todas las indicaciones postoperatorias que deberá seguir la paciente y las recetas que necesitará entregar a la farmacia para poder recibir la medicación que le recomendamos. En la primera semana postoperatoria, el dolor y los mareos son poco habituales, pero hay momentos puntuales en los que pueden aparecer y se tiene que estar prevenido. 

Durante los primeros tres meses (más acentuado durante el primer mes) las mamas se verán en una posición más alta y de mayor volumen debido al edema o tumefacción postoperatorios. Incluso puede ser que una mama esté más inflamada que la otra y por eso se vea más grande (hay pacientes que presentan esta inflamación mayor en una mama que en otra y va variando dependiendo de la semana y de una mama a la otra) dando sensación de asimetría o deformidad. A partir de los tres meses tenemos resultados bastante estables. Un resultado de una cirugía estética no debería darse por definitivo hasta que no haya pasado un año del día de la intervención.



Se pueden mover los brazos para realizar actividades que no requieran esfuerzos. Lo importante es no levantarlos o levantar pesos importantes. Normalmente dejamos levantar los brazos a partir de la segunda semana postoperatoria, hasta que la cirugía esté bien cicatrizada por dentro y el movimiento no la pueda afectar. Y finalmente se podrán levantar pesos importantes a partir de la cuarta semana postoperatoria.



Depende de cada tipo de trabajo. Normalmente el trabajo de ordenador (secretariado, informática, telecomunicaciones…) permitimos iniciarlo a las dos semanas postoperatorias. Trabajos que impliquen conducir o mucho movimiento normalmente a las tres semanas.



Normalmente permitimos conducir a partir de las tres semanas postoperatorias.



Los primeros cinco o siete días postoperatorios los recomendamos pasar en casa, a partir de entonces permitimos salir a tomar un café o a visitar familiares o amigos. Conducir o dar largos paseos a partir de las tres semanas postoperatorias. El deporte como ir al gimnasio o correr a las cuatro semanas. Deportes intensos como escalada, natación, triatlón… a las seis semanas postoperatorias.

La mayor parte de puntos son subcutáneos o intradérmicos, es decir, están debajo de la piel, van por dentro. No dejamos normalmente puntos externos (solo los de los extremos de la sutura intradérmica). Si hubiera la necesidad de dejar algún punto externo normalmente lo retiramos a los 7-15 días.



Si no hay ninguna característica que obligue a más tiempo, solemos recomendar llevar el sujetador deportivo durante un mes tanto de día como de noche.



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