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Mamas tuberosas

Las mamas tuberosas, también conocidas como mamas tubulares o tubulares, son una variación anatómica poco común en la forma de los senos que se caracteriza por una base estrecha y un desarrollo deficiente en la parte inferior de la mama, lo que resulta en una apariencia cónica o alargada. Se trata de una deformidad congénita que afecta a la estética de la mama, una condición que puede causar incomodidad física y afectar la autoestima de las mujeres que la experimentan.

Hay distintos grados de mama tuberosa, pero sus principales características respecto a las mamas normales son:

✔️ Asimetría clara entre una mama y la otra

✔️ Areolas anchas debido a la herniación de tejido mamario

✔️ Base de implantación mamaria constreñida, sobretodo en los polos inferiores de la mama

La corrección de las mamas tuberosas es posible mediante una combinación de técnicas quirúrgicas que incluyen la redistribución del tejido mamario, la corrección de la base estrecha y, en algunos casos, la colocación de implantes mamarios. Durante la consulta inicial, evaluaremos la anatomía única de la paciente y se plasmarán los objetivos estéticos para determinar el enfoque más adecuado.

En algunos casos de mamas tuberosas, es posible lograr resultados satisfactorios sin el uso de implantes mamarios gracias a la redistribución del tejido mamario y la corrección de la base estrecha que ayudan a mejorar la forma y la proyección de los senos, creando una apariencia más natural y equilibrada.

Sin embargo, utilizar prótesis suele ser la práctica más habitual y también se suele utilizar inyección de la propia grasa de la paciente, combinado o no con prótesis mamarias. Las prótesis pueden ayudar a aumentar el volumen y a crear una apariencia más redondeada y proporcional, corrigiendo la falta de desarrollo en la parte inferior de la mama y mejorando la simetría entre ambos senos.

En quirófano utilizamos las técnicas más avanzadas de remodelación de tejidos para lograr resultados óptimos y satisfactorios de manera totalmente segura y efectiva.

A/D Caso 1

A/D Caso 2

¿Cómo se corrigen las mamas tuberosas ?

La corrección de las mamas tuberosas generalmente implica una combinación de técnicas quirúrgicas para abordar las características específicas de esta malformación mamaria.

¿Qué es exactamente una mama tuberosa?

Una mama tuberosa es una malformación mamaria congénita caracterizada por una apariencia anormal de los senos, que suelen ser estrechos en la base, con una areola grande y herniada, y un tejido mamario subdesarrollado en la parte inferior.

¿Cuáles son las causas de las mamas tuberosas?

Las causas exactas aún no se comprenden completamente, pero se cree que pueden estar relacionadas con anomalías en el desarrollo mamario durante la adolescencia, factores genéticos u hormonales.

¿Cómo se diagnostican las mamas tuberosas?

El diagnóstico se realiza principalmente mediante la evaluación clínica por parte de un cirujano plástico, quien examinará la forma y la apariencia de los senos. A veces, pueden ser necesarias pruebas adicionales, como mamografías o ecografías mamarias.

¿Qué opciones de tratamiento existen para las mamas tuberosas?

El tratamiento suele implicar una cirugía correctiva, como la mastopexia (lifting de senos) con o sin colocación de implantes mamarios para mejorar la forma y el tamaño de los senos, corrigiendo así las anomalías asociadas con las mamas tuberosas.

¿Crees que tienes mamas tuberosas?

Clasificación de la deformidad tuberosa de la mama

La clasificación de la mama tuberosa según von Heimburg es una de las metodologías utilizadas para categorizar este tipo de malformación mamaria. Von Heimburg propuso una clasificación que considera varios aspectos anatómicos y características de la mama tuberosa. Esta clasificación se basa en tres tipos principales de mama tuberosa:

Preguntas frecuentes

El pronóstico después del tratamiento de las mamas tuberosas suele ser favorable. La cirugía correctiva puede mejorar significativamente la forma y la apariencia de los senos, lo que puede tener un impacto positivo en la autoestima y la calidad de vida de la paciente.

Hay varios truquitos que nos pueden ayudar a conseguir un escote estéticamente agradable. 

    • La elección de la prótesis: es lo más importante para poder generar un buen escote. Es necesario que el ancho sea suficiente para cubrir todo el tórax y así poder llegar a ocupar correctamente toda la zona. También se tiene que tener en cuenta la forma, nivel de implantación y tamaño del pecho que tiene la paciente previamente.
    • La forma en la que se levanta el músculo pectoral: es donde se inserta la prótesis y el propio músculo nos puede ayudar a juntar bien las mamas.
  • Internal Bra: con la ayuda de puntos de sutura, fijamos y cerramos bien los bordes del bolsillo de la prótesis para crear un efecto de sujetador interno.
  • Lipoinyección: la inyección de grasa en el pecho permite crear un volumen completamente natural y evitar defectos estéticos a largo plazo como el rippling (irregularidades en la superficie). Nos permite crear un escote bonito y natural con la propia grasa de la paciente

La respuesta es: DEPENDE de cada caso

¿Cuándo decidir “NO esperar a ser madre”? Esta es la opción preferida para las pacientes que no se sienten realmente cómodas ni identificadas con la forma y/o volumen de su pecho en el momento actual. Para muchas pacientes, por ejemplo con 20 años de edad, no les compensa pasar otros 10-15 años (hasta la edad en la que quieran ser madres) con un pecho con el que no se sientan bien. Es verdad que el pecho cambia con los años, con los cambios bruscos de peso o los embarazos, pero retocar una mama ya intervenida tiende a ser más sencilla. Suelen ser cirugías principalmente de piel y grasa sin tener que tocar áreas profundas o prótesis mamarias previas. No suele ser necesario ingreso hospitalario y el postoperatorio suele ser muy llevadero. Por ello, muchas pacientes deciden no esperar e intervenir su pecho en el momento en el que no se sienten cómodas con él.

Esta opción es la indicada para aquellas mujeres que desean pasar solo una vez por quirófano. En este caso, lo más recomendable es esperar a tener todos los hijos deseados antes de realizar una cirugía mamaria. El precio a pagar será pasar varios años más aceptando la forma y volumen de las mamas con las que no estamos del todo cómodas.

Es posible que pueda afectar pero no se puede asegurar. La intervención implica la extirpación del tejido mamario y la reposición del pezón. Dependerá del tipo de cirugía (si se conserva más o menos tejido mamario debajo de la estructura del pezón) y de la genética de la paciente (hay pacientes que con poca glándula mamaria fabrican muchísima leche materna, eso suele depender más de cuanto se estimula la madre y no tanto de la genética o de la cantidad de glándula mamaria que se deja en la cirugía). 

Si bien, es posible que la cantidad sea menor o que existan dificultades adicionales debido a cambios en la estructura de la glándula mamaria.

Este tipo de cirugías implica un remodelado de la glándula mamaria y, habitualmente, también de la piel de las mamas. Por esta razón, es habitual tener alteraciones de la sensibilidad que suelen durar como mínimo hasta los primeros 6 meses, luego se suelen ir recuperando hasta los 12-18 meses.

A los pacientes les gustaría saber cuál va a ser el resultado exacto de su intervención. Si bien es cierto que los resultados de las cirugías (y de cualquier intervención médica) tienen una parte previsible (dependerá del tipo de intervención planeada, los deseos del/a paciente, y factores que estudiamos en la exploración física como la calidad de los tejidos), hay otra parte imprevisible que nos puede modificar el resultado como la genética de base de cada uno u otros factores que no hayamos podido identificar inicialmente. 

Nuestro objetivo será minimizar estos factores imprevisitbles que puedan afectar al resultado que dejamos en quirófano para poder dar al paciente una idea lo más cercana posible a lo que va a conseguir, pero es imposible asegurar al 100% un resultado debido a esta razón. 

  • Menores de 18 años con objetivos estéticos (en mamas tuberosas es posible realizar la cirugía antes de los 18 años, siempre con el consentimiento de los padres)
  • Embarazo
  • Infección mamaria activa o pasada en los últimos 6 meses.
  • Cualquier enfermedad no controlada

Las mamografías mamarias se pueden realizar sin problemas en mujeres que son portadoras de prótesis mamarias. Recomendamos que sean realizadas a partir de los 12 meses de la intervención para evitar que la inflamación de la cirugía pueda interferir en la interpretación de esa prueba. Siempre que una avise antes al médico que le solicita dicha prueba para que se programe para realizar con la técnica de Eklund, una maniobra que consiste en desplazar la prótesis hacia el dorso de la mama, dejándola fuera de la paleta de compresión, comprimiendo solo el tejido mamario para realizar la mamografía. No hay ningún problema para hacer otras pruebas como resonancias magnéticas ni para ir en avión (las prótesis no explotan).  Ser portadora de prótesis mamarias es incluso beneficioso para la autopalpación mamaria, ya que el tejido mamario queda más tenso y distribuido alrededor del implante y permite una mayor sensibilidad y especificidad a la hora de palpar todo este tejido.

No, la calidad de los materiales con los que se fabrican las prótesis mamarias con las que trabajamos ha permitido reducir el riesgo de complicaciones asociadas a estos a un nivel muy bajo. Eso no significa que no pueda ser necesario hacer un recambio de prótesis o retirarlas a lo largo de la vida por alguna razón, pero eso es poco habitual. Las prótesis con las que se trabajaba hace años sí recomendaban cambiarlas cada 10 años, pero gracias a los avances científicos ya no es así.

Ningún tipo de cirugía plástica está relacionada con el aumento del riesgo de sufrir cáncer. El uso de prótesis mamarias sí se ha relacionado con algún tipo de enfermedad autoinmune o algún tipo de linfoma, pero no con una relación científicamente clara ni probada en las prótesis mamarias que usamos actualmente (sí ha pasado en alguna marca de prótesis mamarias utilizada en el pasado).

Anestesia general siempre, para garantizar la comodidad del paciente y poder trabajar con la máxima precisión y seguridad por parte del cirujano. No suele ser necesaria normalmente una intubación completa, la mascarilla laríngea con anestesia suave suele ser la via de elección de nuestro equipo de anestesiología. No se debería realizar cirugías mamarias con anestesia local, es una mala praxis. Durante toda la intervención se controla y cuida del estado general y las constantes vitales de la paciente con máximo detalle por parte de nuestro equipo de anestesiología.

Una noche de ingreso suele ser habitual. Se prefiere estar bajo vigilancia sanitaria las primeras horas. Aunque no es una cirugía larga ni de riesgo, hemos pasado por un quirófano y hemos recibido medicación. Además, la medicación endovenosa es útil en las primeras horas para maximizar el confort postoperatorio del paciente.

Trabajamos con distintas marcas de prótesis mamarias: Motiva, Silimed, Politech, Eurosilicon, Nagor… Ninguna es igual a la otra, cada marca tiene sus pros y sus contras que hay que valorar. Vamos a estudiar específicamente tu caso para escoger la prótesis mamaria que sea mejor para conseguir el resultado que estás buscando.

La respuesta a esta pregunta se tiene que individualizar en cada caso. Aún así, se puede decir que en la mayor parte de las pacientes la recomendación es colocar la prótesis debajo del músculo (también llamado submuscular o subpectoral, ya que el músculo utilizado es el pectoral mayor). Dentro de las formas más habituales de colocar una prótesis debajo del músculo, la más utilizada habitualmente es el plano dual, donde el 50-75% de la prótesis queda cubierta por el músculo y el 25-50% por la parte inferior de la glándula mamaria. 

Esta colocación presenta varias ventajas: no se toca para nada la estructura anatómica de la glándula mamaria, por lo que se preserva mejor la sensibilidad y capacidad posterior para dar el pecho, y es una cirugía más limpia, por lo que se reduce el riesgo de infección o de contractura capsular.

 

Colocar la prótesis encima del músculo, aún siendo poco habitual en nuestra práctica habitual, en determinadas pacientes, tiene ciertas ventajas que hay que valorar en cada caso. Encima del músculo se puede hacer de dos formas: subglandular (directamente bajo la glándula mamaria) o subfascial (debajo la primera capa que envuelve el músculo pectoral mayor).

Esta es una pregunta muy frecuente en consulta ya que, como es normal de entrada, a los pacientes les gustaría saber cúal va a ser el resultado exacto de su cirugía. Si bien es cierto que los resultados de las cirugías (y de cualquier intervención médica) tienen una parte previsible (dependerá del tipo de intervención planeada, los deseos del/a paciente, y factores que estudiamos en la exploración física como la calidad de los tejidos), hay otra parte imprevisible que nos puede modificar el resultado como la genética de base de cada uno u otros factores que no hayamos podido identificar inicialmente. Nuestro objetivo será minimizar estos factores imprevisibles que puedan afectar al resultado que dejamos en quirófano para poder dar al paciente una idea lo más cercana posible a lo que va a conseguir, pero es imposible asegurar al 100% un resultado debido a esta razón. 

Por lo tanto… en respuesta a la pregunta: ¿Qué talla de sujetador me va a quedar? No sabremos la talla exacta hasta que se haya desinflamado y tengamos un resultado más o menos estable a los 3-6 meses después de la cirugía.

 

¿Sabías que 7 de cada 10 mujeres desconocen su talla correcta de sujetador?

Un 30% de las consultas realizadas sobre dolores en el pecho proviene del uso de un sujetador inadecuado. Llevar una talla de sujetador errónea puede causar no solo molestias, sino también marcas y lesiones, además de acelerar el proceso de envejecimiento del pecho.



Tipos de prótesis

Existen diferentes tipos de prótesis mamarias disponibles, cada una con sus propias características y beneficios únicos. 

La elección de una u otra prótesis depende sin duda, de los objetivos estéticos individuales de cada paciente, así como de su anatomía y preferencias personales. En consulta trabajamos en estrecha colaboración con cada paciente y hacemos un estudio completo de la forma y consistencia del pecho y de la forma y el tamaño del tórax para determinar el tipo de prótesis más adecuado que permita lograr los resultados deseados y satisfacer las necesidades estéticas.

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¿Dónde pueden colocarse las prótesis mamarias?

Debajo del músculo (también llamado implante submuscular o subpectoral): es la mayor parte de nuestros casos. Dentro de las formas más habituales de colocar una prótesis debajo del músculo, la más utilizada es el plano dual, donde el 50-75% de la prótesis queda cubierta por el músculo y el 25-50% por la parte inferior de la glándula mamaria.

Encima del músculo o implante subglandular (directamente bajo la glándula mamaria) o subfascial (debajo la primera capa que envuelve el músculo pectoral mayor). Esta técnica es menos habitual, pero en determinados pacientes tiene ciertas ventajas que hay que valorar en cada caso.

Postoperatorio

Es normal experimentar dolor, hinchazón y sensibilidad en los senos después de la cirugía. El cirujano plástico puede recetar medicamentos para el dolor para ayudar a controlar las molestias durante los primeros días.

Notarás un dolor descrito habitualmente como “agujetas”, como si hubieras ido al gimnasio tres o cuatro días seguidos. Suele ser un dolor muy bien tolerado y más si sigues al pie de la letra la pauta de medicación que recomendamos tomar la primera semana postoperatoria. La mayor parte de las pacientes explican que las molestias son mayores los primeros 3 o 5 días, posteriormente es mínimo; aunque cada persona tiene un umbral de dolor distinto.

Después de la cirugía, es posible que se coloque un vendaje compresivo alrededor de los senos para ayudar a reducir la hinchazón y mantener las prótesis mamarias en su lugar. Auque si la intervención ha sido menor, es posible que se coloque directamente el sujetador postoperatorio sin vendaje para reducir molestias a la paciente.

Las primeras horas postoperatorias se pasan en el área de reanimación del hospital donde se sigue una vigilancia estricta de todas sus constantes vitales. Cuando la paciente se ha despertado completamente de la anestesia (ya no está grogui), el dolor y los mareos están controlados y, por lo tanto, se encuentra en condiciones óptimas, es llevada a su habitación con sus familiares y amigos. Allí empieza la recuperación para prepararse para volver a su domicilio. En su habitación de planta el personal de enfermería se encargará de forma diligente que la paciente se encuentre cómoda y con el mínimo de molestias haciendo uso cuando sea necesario de la medicación pautada por nuestro equipo de anestesiología. El equipo de enfermería ayudará a la paciente a tolerar bien la ingesta de líquidos y sólidos, y la deambulación, y así aseguramos una vuelta a casa segura. Al día siguiente vendremos al hospital para visitarte, comprobar que la paciente se encuentra en buenas condiciones generales y en las áreas intervenidas no hay complicaciones de ningún tipo, valoraremos la posibilidad de retirar los drenajes y vendajes, y si está todo en correctas condiciones procederemos a entregar el informe de alta donde detallamos todas las indicaciones postoperatorias que deberá seguir la paciente y las recetas que necesitará entregar a la farmacia para poder recibir la medicación que le recomendamos. En la primera semana postoperatoria, el dolor y los mareos son poco habituales, pero hay momentos puntuales en los que pueden aparecer y se tiene que estar prevenido.

Durante los primeros tres meses (más acentuado durante el primer mes) las mamas se verán en una posición más alta y de mayor volumen debido al edema o tumefacción postoperatorios. Incluso puede ser que una mama esté más inflamada que la otra y por eso se vea más grande (hay pacientes que presentan esta inflamación mayor en una mama que en otra y va variando dependiendo de la semana y de una mama a la otra) dando sensación de asimetría o deformidad. A partir de los tres meses tenemos resultados bastante estables. Un resultado de una cirugía estética no debería darse por definitivo hasta que no haya pasado un año del día de la intervención.

Tenemos que considerarlos nuestros aliados, ya que nos eliminan ese líquido que genera gran inflamación si se queda dentro e, incluso, puede incrementar el riesgo de complicaciones. Son un engorro, pero no tienen nada más malo que eso. En muchas de nuestras intervenciones los dejamos, como mínimo hasta el alta hospitalaria. Los dejamos siempre más tiempo en las intervenciones de cirugía de abdomen y espalda que en cirugía mamaria.

Se pueden mover los brazos para realizar actividades que no requieran esfuerzos. Lo importante es no levantarlos o levantar pesos importantes. Normalmente dejamos levantar los brazos a partir de la segunda semana postoperatoria, hasta que la cirugía esté bien cicatrizada por dentro y el movimiento no la pueda afectar. Y finalmente se podrán levantar pesos importantes a partir de la cuarta semana postoperatoria.

Depende de cada tipo de trabajo. Normalmente el trabajo de ordenador (secretariado, informática, telecomunicaciones…) permitimos iniciarlo a las dos semanas postoperatorias. Trabajos que impliquen conducir o mucho movimiento normalmente a las tres semanas.

Normalmente permitimos conducir a partir de las tres semanas postoperatorias

Los primeros cinco o siete días postoperatorios los recomendamos pasar en casa, a partir de entonces permitimos salir a tomar un café o a visitar familiares o amigos. Conducir o dar largos paseos a partir de las tres semanas postoperatorias. El deporte como ir al gimnasio o correr a las cuatro semanas. Deportes intensos como escalada, natación, triatlón… a las seis semanas postoperatorias.

La mayor parte de puntos son subcutáneos o intradérmicos, es decir, están debajo de la piel, van por dentro. No dejamos normalmente puntos externos (solo los de los extremos de la sutura intradérmica). Si hubiera la necesidad de dejar algún punto externo normalmente lo retiramos a los 7-15 días.

Si no hay ninguna característica que obligue a más tiempo, solemos recomendar llevar el sujetador deportivo durante un mes tanto de día como de noche.

¿Sufres de mamas tuberosas?

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